LOS JESUITAS
Los Jesuitas
La Compañía
de Jesús (en latín: Societas Jesu, S. J.), cuyos miembros son comúnmente
conocidos como jesuitas, es una orden religiosa de clérigos regulares de la
Iglesia católica fundada en 1534 por el español Ignacio de Loyola,23 junto
con Francisco Javier, Pedro Fabro, Diego Laínez, Alfonso Salmerón, Nicolás de
Bobadilla, Simão Rodrigues, Juan Coduri, Pascasio Broët y Claudio Jayo en la
ciudad de Roma. Fue aprobada por el papa Paulo III en 1540.4
Con 16 088
miembros en 2017 (de los cuales 11 583 eran sacerdotes ordenados),5 es la
mayor orden religiosa masculina católica hoy en día. Su actividad se extiende a
los campos educativo, social, intelectual, misionero y de medios de
comunicación católicos, además de atender 1.509 parroquias en todo el mundo (a
fecha de 2016)

Descripción de la orden
La Compañía
de Jesús (SJ) es una orden religiosa de carácter apostólico y sacerdotal,
aunque la conforman también “hermanos legos” o coadjutores, es decir, religiosos
no ordenados. Está ligada al papa por un “vínculo especial de amor y servicio”,
su finalidad, según la Fórmula del Instituto, documento fundacional de la Orden
(1540) es «la salvación y perfección de los prójimos». En términos de Derecho
Canónico, la Compañía de Jesús es una asociación de hombres aprobada por la
autoridad de la Iglesia, en la que sus miembros, según su propio derecho,
emiten votos religiosos públicos y tienden en sus vidas hacia la “perfección
evangélica”.
Papel durante la reforma católica
Dos
compañeros de Ignacio, Salmerón y Laínez, participaron como teólogos en el
Concilio de Trento; les acompañó el primer jesuita germánico, Pedro Canisio,
llamado el "segundo apóstol de Alemania" por su papel decisivo
durante la Contrarreforma o Reforma Católica. En efecto, Canisio fue nombrado
Provincial de Alemania y animó la fundación de colegios y universidades que
difundieron la doctrina tridentina, reconquistando para el catolicismo regiones
protestantes como Baviera en el sur de Alemania y los actuales estados de
Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado y Sarre; Polonia, Hungría,
Austria, y el sur de Holanda.
Diego
Laínez, como general, participó del coloquio teológico de Poissy, convocado por
la reina de Francia para debatir con los protestantes. La Facultad de Teología
de La Sorbona y el Parlamento de París se opusieron en este período al
establecimiento legal de la Compañía en Francia. El sucesor de Laínez fue san
Francisco de Borja, el santo duque de Gandía, que colaboró con san Ignacio
desde que Borja enviudó e incluso fue ordenado sacerdote en secreto para poder
ayudar a san Ignacio y la Compañía sin comprometerla. Elegido III general por
la CG II, gobernó desde 1565 hasta 1572, tiempo en que los colegios jesuitas
prosperaron: pasaron de 50 en 1556 a 163 a 1574. Inició la remodelación de la
Iglesia Madre de la Compañía, el Gesù. Borja siguió muy de cerca la evolución
de la Contrarreforma en Alemania. Muchas fundaciones jesuitas atendieron a
reforzar la causa católica.
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